sábado, 11 de noviembre de 2017

Las actividades ordinarias


   Muchas personas buscan actividades que dejen huella en la vida, que impacten a los demás, que dejen escrito su nombre y apellido en la historia de la humanidad; que dentro de la jerarquía de las necesidades humanas, estaría categorizada como las necesidades de Trascendencia y Auto realización, encontrándose ubicada en la cima de la pirámide de las necesidades definidas por Maslow.

   El deseo de trascendencia todos lo tenemos, el cual no hace distingo de condición social alguna, es una necesidad humana que quiere ganar a la muerte, como decía de manera humorística  el Padre Larrañaga (sacerdote católico): “Hace cien años nadie sabía de mí, dentro de cien años nadie sabrá de mí”, frase que tiene mucho de verdad haciéndonos ver que nuestra existencia es pasajera y que navegamos en un "océano de infinitos finitos".

   Por lo tanto, ese deseo de hacer actividades extraordinarias lo llevamos en la sangre pero en la mayoría de veces nos sentimos defraudados con nosotros mismos porque no sabemos qué actividades debemos realizar quedando varados y de manera pasiva en el mar de las incertidumbres; buscando algún viento que nos impulse a emprender un viaje inolvidable y que impacte totalmente a nuestro alrededor.

   Pero ¿qué hay de las actividades ordinarias? aquellas labores domésticas que a veces no le damos la importancia debida como: limpiar tu habitación, barrer el patio de la casa, regar las plantas, alimentar los animales entre otros; estas actividades ordinarias que el mismo Dios de manera misteriosa se regocija por lo que hacemos, como si valorara las cosas sencillas de la vida, convirtiendo el alma estática en almas dinámicas que hacen frente al mal.

   Finalmente, estas actividades ordinarias se convierten en melodías extraordinarias que entonan la alegría de la vida diaria, alejando el frío de la fama y la soledad que produce la opulencia mundana; donde Dios se abaja para liberarnos del aislamiento y del desamparo, convirtiendo nuestras actividades ordinarias en labores de santidad llenas de amor para el mundo entero a través de Cristo Jesús.    

   A continuación se comparte una pequeña oración para ser rezada en tus tiempos libres a nuestro Dios Misericordioso:

Señor mi Dios, que tu iluminar guíe mi SER,
para realizar las actividades ordinarias
que TÚ deseas que lleve a cabo,
salvándome de la impotencia de
transformar las buenas ideas en acciones.

Ayúdame a buscar en mi debilidad
aquello que trascienda la tristeza y el quebranto,
Ayúdame a crecer en capacidad de decisión,
Ayúdame a colocarme fuera del cerco de las
ansiedades y depresiones,
Ayúdame a evitar el miedo.

Mi Cristo, haz que aprenda a ser UNO contigo
en la soledad del sentido y del sin sentido,
haciendo que mis actividades ordinarias
se conviertan en labores de santidad,
para mostrar mi amor por TI al mundo entero.

Amén