viernes, 16 de marzo de 2018

Un alma del purgatorio


El alma del purgatorio sufre la espera para llegar al cielo, el fuego temporal la tortura, sus oraciones para sí misma no le sirven, sólo espera que alguien tenga compasión y rece por su alma, pide limosna de intercesión en el mundo de los vivos para ser liberada.

La misericordia de Dios cuánto la desea, cuánto la espera, aunque el sólo hecho de estar en el purgatorio es misericordia previa al cielo, sólo es esperar en un grito constante de aclamación a Dios: Dios mío purifícame con tu fuego de amor para estar pronto contigo.

El lamento del purgatorio conmueve al mismo Dios pero ve que la mayoría de almas no están aún listas para estar ante su presencia, su amor es tan grande que envía a su Madre la Virgen María que como rocío de la mañana las alivia de su dolor purificador llamándola: “Estrella de mar”.

Un corazón de fuego sale de la Iglesia sufriente llamando la atención de la Iglesia militante, ¡oración por estas almas! pide la Madre del cielo, el llamado no se hace esperar y miles de Misas de intercesión salen de la tierra al purgatorio, liberando a millares de almas para formar parte de la Iglesia Triunfante con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo por toda la eternidad.