sábado, 29 de noviembre de 2014

La Oración y el WAZE


   Es 16 de Junio del 2013, regreso a Lima después de pasar en Arequipa un bonito día del Padre con la familia, me alisto a partir en la noche, es 6:30 pm, mi vuelo sale dentro de dos horas, mi padre llama al taxi, mientras converso con mi Madre que me da consejos sobre la importancia de orar con alegría a Dios, que siempre me proteja y libre de todo mal; en eso llegó el taxi que ya está esperando frente a la casa, mi padre me ayuda a llevar la maleta aunque le digo que puedo hacerlo sólo, pero siempre los papás nos ven con la mirada paternal, que ven a sus hijos como niños grandes; luego me despido con cierta nostalgia como dice la canción arequipeña "El Regreso": los hijos que se van pero con la añoranza de volver. Luego ya sentado dentro del taxi, veo un beso volado de mi madre y una bendición de mi padre que me conmueve el alma y me hace meditar en el amor a través de una oración.

   Mientras el taxi parte al aeropuerto, me acuerdo del WAZE, una aplicación que baje hace algunos días de "Play Store" en mi Smartphone, que es un navegador GPS proveyendo información de rutas, tráfico en tiempo real, como también la colaboración de usuarios para reportar accidentes, congestiones de tránsito vehicular, control de velocidades; y como requisito para que funcione es tener una conexión de datos (internet) en el dispositivo móvil. Mientras observo en la pantalla como avanzo por las calles de la ciudad al aeropuerto, leo la palabra conexión que me llama a la reflexión, sino hubiera este enlace de conexión, el WAZE no funcionaría, lo mismo me inspira hacer una analogía que sin oración todo andaría de capa caída, el alma enflaquecería, perdiendo el vigor del espíritu. En mi mente comienza a venir el recuerdo de los sermones de algunos sacerdotes que explican que la oración es como la mano, un instrumento que sirve para todo el cuerpo, lo mismo es la oración para el alma.

   Miro la hora en mi smartphone y son las 6:50 pm, en el mapa de navegación de WAZE muestra que estoy en la avenida Aviación, el taxista me mira pensando que estoy preocupado en llegar a la hora y me dice: - No se preocupe, entre cinco a ocho minutos estamos en el Aeropuerto; comienzo a pensar en su respuesta sobre el cálculo de tiempo que ha empleado, se basa en la experiencia que tiene y comparando con el tiempo estimado de llegada parece coincidir con cálculo. ¡Es increíble! me lleva a meditar y hacer un paralelo que a veces la experiencia del taxista conociendo las mejores rutas a utilizar, es muy similar a la experiencia que tiene un laico en la oración, ayudando al alma en seguir la voluntad de Dios y que Él ve lo que es bueno para nosotros aunque nunca lo comprendamos en su momento; otro recuerdo me viene a la mente de un sacerdote que decía que todo hombre de oración posee un corazón insondablemente profundo, y pienso que en resumen la oración es tener experiencia de Dios.

   Por fin llego al aeropuerto, miro mi smartphone y son las 6:57 pm, aprieto por última vez los botones para tomar la foto de la imagen de la trayectoria a través del WAZE y veo que han sido 27 minutos de viaje desde el domicilio de mis Papás hasta el aeropuerto, en un contraste de tecnología y religión que me ha hecho reflexionar sobre la importancia de la oración que mi madre me hablo antes de iniciar este maravilloso viaje; y meditar que así como el WAZE necesita de la conexión continua de datos para que sea útil, de la misma manera el alma necesita de la oración continua a Dios para ser útil a los demás en el servicio solidario, acercándonos a las profundidades del corazón del Redentor, superando la inercia y orando por mis intenciones personales como la familia, parientes, amigos, trabajo, salud entre otros. ¡Que Dios te bendiga!, gracias por acompañarme en estos minutos de viaje.
Elaborado el sábado, 24 de agosto de 2013

Mi hermana, la Mujer batalla


    El primer recuerdo de niño que tengo de mi hermana, es cuando ella cosía el vestido del niñito Jesús para Navidad, en la recordada máquina de coser Singer bajo la supervisión de mi madre, bordando con hilos dorados y pegando las lentejuelas de adorno, convirtiendo esa pequeña tela en un vestido digno para un Rey. Recuerdo con mirada inocente, cómo el niñito Jesús se "sonrojaba" cuando le ponían ese chacha (vestido) nuevo, como símbolo de su agrado.

   Era el inicio de ese espíritu combativo de mi hermana, para crear cosas nuevas que luego lo trasladaría a preparar las comidas tomando los consejos de madre, la abuela y la tía; que apenas los escuchaba, los ponía en práctica. Después utilizaba las recetas del viejo libro de cocina para incursionar en la repostería, preparando las tortas y postres más novedosos que nunca habíamos probado, como aquel delicioso pie de zapallo que lo hizo con mucho cariño.

   Mi hermana sorprendía con nuevos retos como el tejido y la costura, recuerdo una chompa que tejió para ella, combinando colores y diseñando figuras llamativas, y lo más novedoso es cuando hizo una casaca a mi hermano mayor con retazos de tela de pantalón, que parecía ante los demás una casaca de marca comprada de tienda, y mi hermano mayor muy orgulloso lo lucía elegantemente.

   Así es mi hermana, muy empeñosa y creativa en lo que hace, resolviendo los problemas con un toque femenino de intuición lógica, recuerdo como resolvía los problemas matemáticos de manera práctica, impresionando a mi padre que al verla que no seguía sus procedimientos de enseñanza, no podía comprender como mi hermana encontraba la solución de manera rápida. Así como estas anécdotas, hay muchas que ameritaría escribir un libro de ello.

   Ella es mi hermana, la amiga buena y gran batalladora de la superación; su habilidad para asimilar y aquilatar experiencias de los demás la han llevado muy lejos en el campo laboral, orientando sus competencias de liderazgo para el trabajo en equipo, usando sus cualidades de compromiso y constancia para que las cosas se realicen, contagiando su alegría al prójimo, con un optimismo que corrige e instruye al que no sabe, nutriendo de sabiduría práctica a quien necesita un consejo. Es la hermana buena que está pendiente del bienestar de la familia, que se apoya en Dios, batallando en silencio con los problemas de cada día, integrando el grupo de mujeres batalla que luchan de sol a sol por una sociedad mejor.

Elaborado el viernes, 20 de diciembre de 2013

Mi hermano, el Financista


   Cuando uno es el menor de los hermanos, siempre mira al hermano mayor, porque es el ejemplo que uno toma como referencia a lo largo de la vida y a veces se convierte en nuestro segundo Padre, siendo, el más cercano para las consultas sobre cualquier tema, que luego se consolida la buena relación como el gran amigo que nunca te falla.

   Hace unos meses, mientras acompañaba a mis Papás a la Iglesia de San Agustín, pasamos por el Correo a comprar el diario dominical de la ciudad y para sorpresa nuestra, leímos un artículo financiero escrito por mi hermano llamado "Tips financieros". El artículo fue interesante y muy didáctico, que nos orientó a comprender la Cultura Financiera que muchas veces no consideramos al momento de incursionar en el negocio propio; como mi hermano siempre menciona en sus consejos, que debemos tener claro los conceptos financieros, sino estamos perdidos, y es que si hacemos esto, logramos entender la esencia de los procesos financieros donde nos desenvolvemos.

   Mi hermano predica el ejemplo aplicando las finanzas en su vida, siendo un gran administrador de sus recursos financieros, batallando con las deudas de cada día. Una vez nos contó una anécdota interesante, que a veces la gente se preocupa en ver los ingresos de los que ganan más y que ellos quisieran tener, pero no ven las deudas que poseen, que si calculamos el ratio deuda/ingresos daría como resultado que es mayor a lo que tendría cualquier ciudadano promedio, y para lidiar con esa deuda hay que ser un buen administrador de los recursos financieros que pocos poseen.

   Finalmente mi hermano tiene buen olfato para los negocios, donde siempre recomienda estar atento a las tendencias económicas, donde todo se rige en el comportamiento y las decisiones de los actores del mercado financiero que buscan maximizar utilidades como también en innovar en tecnología entre otros cuyos factores repercuten en el mundo en general. Es así, que en medio de la incertidumbre financiera, lo importante es la actitud que tenemos frente a los problemas y en vez de ver un problema, veamos una gran oportunidad para salir adelante, pero siempre teniendo en cuenta a Dios en nuestras vidas, y en mi caso tener la suerte de un hermano financista como el mío.

Elaborado el sábado, 12 de octubre de 2013

jueves, 20 de noviembre de 2014

Mi Madre, la alegría de mi Corazón


   Cuando pienso en mi Madre, es recordar historias tiernas de mi infancia, como aquel primer recuerdo cuando me cargaba en sus brazos y observaba su mirada tierna con su cabello largo color azabache y dormía muy tranquilo en un sueño apacible y profundo. Ese recuerdo me llevó tiempo después a comprender la sensación del niñito Jesús en los brazos de la Virgen María, entendiendo de esta manera, el cuidado maternal que nuestra Madre del cielo también tiene por nosotros.

   Las lecciones de mi Madre eran muy variadas, el cual aprendí de ella hacer la limpieza de la casa que por cierto no me gustaba hacerlo, como barrer o encerar el piso, pero siempre me hacía ver la importancia de dar mantenimiento a la misma y cuando algunas visitas llegaban a nuestro hogar siempre apreciaban la limpieza de nuestra casa; también me enseñó que la oración a Dios es hacer también limpieza espiritual de todas las faltas que uno comete y estar siempre limpio ante Él.

   Una de las virtudes de mi Madre es su capacidad para economizar, sin afectar la economía de la casa, como las compras en el mercado para la alimentación del hogar, su meritoria sabiduría de optimizar los gastos sin perjudicar la calidad de vida de nuestra familia. Esto significó un gran apoyo a mi Padre que era un estrés en los tiempos de alta inflación donde los sueldos se convertían en pequeños salarios el cual no alcanzaba para las compras, pero mi Madre lo hacía de tal manera que nunca percibimos la escasez en nuestro hogar.

   Otra virtud de mi Madre cuando era adolescente fue cuando me daba sus sabios consejos, como el estar siempre despierto y atento en las cosas que uno hace, como también el no dejarse engañar, porque la vida hay tiempos que no son fáciles y nos preparó junto a mis hermanos el ser hábiles en cualquier momento para sobrevivir; tantos consejos que nos dio mi Madre que faltaría tiempo para poder escribirlos; pero su gran legado ha sido darnos una profesión, preparándonos siempre y ser útiles en el servicio a los demás.

   Ella nunca deja ser Mamá, que cuando uno ya es adulto y se piensa que su labor de Madre ya terminó, uno se equivoca completamente, porque ella siempre está pendiente de lo que sucede con sus hijos, y cuando habla de sus hijos tiene un tono de voz tan distinto y especial, que cuando la escucho me conmueve el alma, y en mi corazón late esa alegría que se convierte en una oración constante a Dios, dándole las eternas gracias por darme una Madre como la mía.

Elaborado el viernes, 4 de abril de 2014