miércoles, 15 de junio de 2016

De la Nada nos llamaste


   Un Creador que piensa y crea de la nada a un ser humano, es lo más difícil que haya hecho Dios en todo el Universo, cómo no agradecerle que existimos gracias a ÉL, pero surge el cuestionamiento interno de ¿Por qué nos creó? ¿Para qué vivimos? si corremos el riesgo de condenarnos o la alegría de salvarnos según nuestro obrar en el mundo, ¿Cómo y qué responder ante estas interrogantes?, ¡he ahí el dilema!

   Esto nos lleva a pensar también, que nuestra creación fue realizada sin nuestro consentimiento, es decir que existimos sin haberlo pedido, pero ahí entramos en contradicción porque si antes éramos “nada” cómo intentamos cuestionar a Dios si antes no existíamos, es como si tuviéramos en nuestras manos un tesoro incalculable y lo botáramos por la ventana porque no lo hemos pedido.

   En nuestro diario caminar, cuando observamos la naturaleza, podemos intuir que Dios creo todas las cosas por amor y cuando leemos en la Biblia en (Génesis 1:26) [Dios dijo: “Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza”] nos damos cuenta que fuimos creados con alma espiritual e inmortal, de inteligencia y de libre voluntad.

   Con ese libre albedrío, podemos decidir cómo actuar en nuestra vida, optando por hacer el bien o lamentablemente haciendo el mal; a pesar de ello y para bien de nosotros también Dios interviene para salvarnos sin nuestro consentimiento, ofreciéndonos los Sacramentos para santificarnos y muchas oportunidades para enmendar nuestra vida la cual no debemos desaprovecharlas.

   Finalmente, respondiendo a los cuestionamientos planteados inicialmente, podemos concluir que fuimos creados para ser los tesoros de Dios a su imagen y semejanza, reflejando su rostro divino en nosotros para el prójimo, compartiendo en Familia y siendo llamados a vivir en felicidad eterna para el amor de los amores: Padre, Hijo y Espíritu Santo, por los siglos de los siglos.   Amen

Oración Alma Solitaria 

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