jueves, 11 de enero de 2018

El Año Nuevo y la lista de deseos


   El Año Nuevo siempre genera expectativas sobre las situaciones futuras que vendrán, tal vez sean buenas, malas, regulares o inciertas; que a la gran mayoría de personas desean cosas buenas que les permitan salir adelante en la vida haciéndose el propósito de que el año venidero será el mejor para todos.

   Es por ello que se ha vuelto tradición familiar en la mayoría de hogares que cada uno de los miembros de la familia escriba en un papel las metas para el año siguiente y qué se propone lograr, por ejemplo:  adelgazar, encontrar el amor de su vida, comprar una casa o tener un trabajo bien remunerado.

   Pero sucede que las metas propuestas para el Año Nuevo comienzan a perder el compromiso para llevarlas a cabo, dándonos por vencidos y perdiendo la esperanza por mejorar en la vida; pero el problema es que la lista de deseos no son llevados como un plan de propósitos el cual debe contener objetivos medibles.

   Según Duane Michals (representante de la fotografía conceptual y filosófica) recomienda que lo importante es apreciar lo que tienes ahora en todas las áreas de tu vida para que puedas multiplicar este bien y crear aún más de lo que deseas, donde tu deseo más pequeño debe estar en esa lista de Año Nuevo porque cada deseo es un granito de arena en el camino hacia la armonía, felicidad y plenitud.

   Además agregaría que ese plan de propósitos de Año Nuevo debe estar inspirada en la voluntad de Dios, agradeciéndole por todo lo vivido en el año viejo, pidiéndole fe para reflexionar en la vida, esperanza para no desfallecer, caridad para amar y hacer amar cada día, suplicando que derrame paz, alegría, fortaleza, prudencia, claridad, sabiduría y que en el año nuevo digamos: ¡venga a nosotros tu reino, nuestro Dios y nuestro Todo! 

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