sábado, 10 de noviembre de 2018

Ajustar las velas de tu vida


   A veces en la vida andamos cansados de nosotros mismos, sólo por el hecho de tener un egocentrismo exacerbado, donde queremos ser el centro de atención, dejándonos llevar por la vanidad más oscura que hay en nuestro interior, por la soberbia de creernos mejores que los demás y que finalmente ese viento nos llevará a la isla del aislamiento total.

   La siguiente frase de procedencia anónima nos dice: “No podemos controlar los vientos pero sí podemos ajustar las velas y enfilar la proa de la dirección escogida por nosotros”, bajo esa mirada debemos analizarnos cómo somos en realidad y qué valores tenemos para dedicar el tiempo posible y dirigir el rumbo de nuestra vida para cambiar realmente.

   Pero existe algo muy superior a nosotros que es la voluntad de Dios, que nos marca el rumbo a seguir y si nuestra voluntad se aleja de aquella, nos perderemos en medio del mar de las incertidumbres, por ello es necesario orar con alma, vida y corazón para estar sintonizados con lo que Dios desea para bien nuestro, utilizando nuestra razón y fe para orientar la brújula de nuestro corazón hacia ese puerto seguro que es la salvación eterna.

   Ajustemos las velas para manejar el rumbo de nuestra vida, reflexionando cuánto cambio necesitamos mejorar y aprovechando el tiempo disponible para orar y reflexionar ante la mirada de Dios, decidiendo cómo vivir y navegando de preferencia en aquel mar agitado que no entendemos pero que de alguna forma perfecciona al hijo humillado que busca con ansias a Dios, en ese abrazo tierno del hijo pródigo con el Padre amado.

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