Muchos en la vida andamos buscando realizar nuestros sueños materiales y pocos logran hacerlo realidad pero cuando se logra lo deseado queda una sensación de sentirse vacío como si algo faltara, aquella misma sensación que sintió el joven rico de la parábola (Marcos 10:17-30) que preguntó a Jesús: “Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna?” … y después de un pequeño diálogo en que el joven demuestra que es un fiel cumplidor de la ley de Dios, Jesús le dice: “Una cosa te falta: ve y vende cuanto tienes y da a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; entonces vienes y me sigues.”
Pero cual fue la reacción de este joven rico, pues la Biblia nos dice que se fue afligido y triste, porque era dueño de muchos bienes, es la misma sensación que sentimos y quedamos como miserables porque no tenemos todo en la vida, porque la condición es que debemos renunciar lo que nos gusta, para luego optar por lo más valioso del universo que es el mismo Dios. Él nos enseña su modelo de renuncia, que siendo Dios se abaja a la criatura humana, entregándose hasta la última gota de su existencia en la Cruz para salvarnos.
Con la ayuda de un poema nos dirigimos al Amor de los amores diciéndole desde el fondo de nuestra alma:
Dolor de mi alma
estremeces mi ser
contemplando tu misericordia
Yo que soy pobre pecador.
Mi imaginación me captura
llevando a donde no quiero
desalentando toda propuesta
de conversión radical.
Ojalá retome el buen camino
y nunca me salga de ahí
con la finalidad de salvarme
y no perderme por la eternidad.
Arregla tu vida
es mensaje del Amor
tomando con valentía
la batalla de la vida mía.
Esa es la deuda que tenemos con Jesús, no es la deuda monetaria sino una deuda de amor, que significa en corresponder esa misericordia divina a nuestro prójimo como Él lo hizo, y nuestra guía en la vida debiera ser: amar lo que Cristo ama en la Cruz y despreciar lo que Cristo detesta en la Cruz. Ejercitando nuestra mirada interior en el dar más que recibir, al final cada uno seremos responsables de nuestras acciones y de cuanto amor dimos en la vida, como alguien dijo una vez de manera coloquial: "cada uno es responsable de la cara que tiene"; en el sentido de tener una cara alegre y caritativa para nuestros hermanos y hermanas en Cristo Jesús.
Oración mi Cristo Rey
Oración mi Cristo Rey